No solo cuidamos la vida, también la protegemos.
En nuestra Dirección de Salud hay personas que, además de entregar compromiso y dedicación en su labor diaria, están dispuestas a arriesgarlo todo por los demás.
Son voluntarios, bomberos y héroes silenciosos que acuden al llamado en cualquier momento.
Sabemos que son más, pero hoy compartimos las historias de algunos de ellos, con profundo respeto y admiración.
Desde 1994, Cristian Concha es voluntario activo de la 3ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Chillán. Ingresó con solo 17 años, siguiendo los pasos de su padre y hermano, quienes también vistieron con orgullo el uniforme.
“Fue una elección inspirada en mi familia y una vocación que llevo con orgullo desde entonces”.
Hoy, con más de 30 años de servicio, reconoce que su paso por esta institución ha moldeado gran parte de quien es.
“Ser bombero me enseñó valores fundamentales como disciplina, solidaridad, compañerismo y lealtad, que aplico cada día en mi trabajo en salud pública”.
Cristian destaca también el rol de su familia como pilar en este camino, así como el apoyo constante del equipo del Cesfam.
“Agradezco especialmente al director Cristian Montecino, siempre dispuesto a facilitar mi participación cuando debo acudir a emergencias”.
Su compromiso se mantiene intacto, impulsado por el mismo espíritu de entrega que lo llevó a ingresar siendo un adolescente.
“Ser parte de los bomberos es una forma de honrar la vida, y mientras pueda, seguiré sirviendo a mi comunidad”.
Debajo del uniforme clínico, hay un compromiso aún más antiguo con el servicio: Cristian Jara no solo es enfermero del Cecosf El Roble, también es voluntario honorario del Cuerpo de Bomberos de Chillán y actual capitán de la Tercera Compañía.
Ingresó a los 16 años a la instrucción, movido por un impulso genuino de ayudar. “La satisfacción de poder asistir a otros, sin esperar nada a cambio, es lo que me ha mantenido todos estos años”, cuenta.
Su vida ha estado marcada por la entrega, el sacrificio y la responsabilidad. Ser bombero exige tiempo, dedicación y muchas veces renuncias personales. Por eso, Cristian agradece a quienes lo han apoyado en este camino: su familia, su equipo de trabajo, el alcalde Sr. Camilo Benavente y la directora Sra. Carolina Carrasco, por su constante respaldo.
Hoy, tras dos décadas de servicio, Cristian representa el espíritu que queremos destacar en esta sección: personas que, más allá de su rol institucional, viven con pasión su vocación de servicio.
Luis es enfermero de vocación, esposo y padre de cuatro hijos. Pero también es voluntario en formación en la Brigada Chileno-Alemana del Cuerpo de Bomberos de Chillán, donde ya suma un año de servicio activo.
“Ser bombero es una forma noble de ayudar a la comunidad, y para mí, es una extensión natural de mi labor en salud”.
Actualmente cursa la malla operativa de la Academia Nacional de Bomberos, con el objetivo de convertirse en bombero operativo antes de fin de año.
“Es un camino exigente, pero enriquecedor. Me ha permitido crecer como persona y reforzar valores que también aplico en mi vida profesional: compromiso, disciplina, lealtad y honor”.
Luis combina sus turnos en el Cesfam y SAR Ultraestación con las exigencias de su formación bomberil, convencido de que siempre se puede hacer más por los demás.
“Quiero seguir perfeccionándome y estar siempre disponible cuando la comunidad lo necesite”.
Nacido en Chillán, Samuel Méndez es parte del equipo de salud y también voluntario de la 5ta Compañía Pompe France, especializada en materiales peligrosos HAZ-MAT y emergencias regionales de alta complejidad.
“Desde niño sentí el llamado a servir”, recuerda. En 2022 ingresó al Cuerpo de Bomberos, completando cada etapa hasta integrarse como voluntario activo.
El trabajo no tiene horarios, y cada emergencia exige preparación, calma y entrega total.
“No solo atendemos incidentes con materiales peligrosos, también acudimos a incendios, desastres naturales y cualquier situación donde se necesite ayuda”.
Samuel se siente orgulloso de formar parte de una institución que representa vocación y humanidad en su forma más pura.
“Somos hombres y mujeres que sin esperar nada a cambio, estamos siempre listos para ayudar. Eso, para mí, es un honor”.
Desde 1990, Víctor Moscoso es voluntario activo de la 3ª Compañía del Cuerpo de Bomberos de Chillán, inspirado por la entrega desinteresada que caracteriza a esta institución.
“Sentía que podía dar lo mejor de mí a la comunidad, y encontré en el voluntariado una forma de hacerlo con sentido”, recuerda.
Con solo dos años en la compañía, aprobó el curso para conducir carros bomba, labor que desempeña hasta hoy con dedicación y orgullo.
A lo largo de su trayectoria, ha asumido importantes cargos como Teniente 1°, Maquinista 1° y también Inspector de Maquinistas a nivel general del Cuerpo de Bomberos de Chillán.
En 2021 sumó una nueva experiencia: ingresó a la 3ª Compañía de Tres Esquinas de Cato, perteneciente al Cuerpo de Bomberos de Coihueco, donde también cumple funciones como conductor y operador de emergencias.
Víctor es parte de quienes, aún tras décadas de servicio, siguen creyendo en la vocación como motor de vida.
Orgulloso y agradecido, reconoce el apoyo incondicional de su esposa Isabel y de sus hijos Cristopher y Nicolás, quienes han sido su soporte constante a lo largo de estos años.
“Uno no lo hace por reconocimiento, sino por amor al prójimo”.